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Lunes Santo 2017: Setecientos cuarenta y un días

Sevilla y Triana lo necesitaban. El 10 de abril de 2017, tras 741 días sin que el Soberano acudiese a la Santa Iglesia Catedral en su tradicional Estación de Penitencia, volvía el Lunes Santo a Sevilla. Si el año pasado la incertidumbre y la tristeza inundaron el corazón de todos los cofrades del mundo y de muchos de nosotros, en esta ocasión no cabría más que júbilo y alegría. Con unos partes meteorológicos que vaticinaban el éxito de la jornada, un mar de capirotes blancos inundaba el barrio León y comenzaba nuestro Lunes Santo.

Momentos antes de las 16:00 horas, las parejas de ciriales ya se situaban bajo el dintel de la puerta de la parroquia. Las órdenes del capataz sonaban desde el interior y el rachear de los costaleros prevalecía sobre cualquier sonido que pudiese escucharse en la plaza. Bajo un sol de justicia que provocaba el espectacular brillo de la canastilla y respiraderos del paso de Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder, comenzaban a sonar los primeros acordes de la Marcha Real, junto a Pasión, Muerte y Resurrección y Esa espina de tu cara.

Con un alegre discurrir por el barrio León, el paso de misterio enfilaba ya la Avenida de Coria para poner rumbo a la otra orilla del río. En la larga recta hasta la calle Rioja sonaron una gran selección de lo mejor de nuestro repertorio. Caben destacar marchas como Cristo del Perdón Jesús Ante Anás en San Jacinto, Resignación, ¡Y tú, Estrella! o Sobre los pies te lleva Sevilla frente a la Parroquia de la Hermandad de la Estrella y Jesús en su Prendimiento e Inspiración para entrar en la plaza de la Magdalena de una forma soberbia y elegante.

Ya en la revirá de la calle Rioja, sonó Llora la Esperanza para poner rumbo al inicio del recorrido oficial: la Plaza de la Campana. Como viene siendo habitual, la Plaza de la Campana es uno de los sitios más cubiertos por los medios de comunicación, por lo que las Hermandades suelen demandar un repertorio de manera cuidadosa en aras de hacer disfrutar a los allí presentes y a las personas que siguen nuestra Semana Santa desde la distancia. La Hermandad de San Gonzalo no fue menos. Virgen de la Salud, Un cielo para mi Virgen, Por Triana, Soberano y Ante Caifás, el Hijo de Dios serían las composiciones que sonarían en este señalado lugar tras el Señor del Soberano Poder.

Cabe resaltar el discurrir de la Madre del Soberano por la plaza de la Campana en el año de su coronación canónica. La Virgen de la Salud la atravesó con su elegancia habitual en una espléndida sucesión de marchas que tuvo su momento culmen con los sones de Pasan los Campanilleros en medio de una lluvia de pétalos. Una delicia de entrada en Campana que nos sirve de aperitivo de lo que está por venir el próximo mes de octubre

Con un selecto andar, el paso avanzó por la Calle Sierpes y la Avenida de la Constitución hasta llegar a la Santa Iglesia Catedral con un repertorio compuesto en su mayoría por marchas clásicas. Ya en el camino de vuelta hacia Triana y en otro de los puntos clave, el Arco del Postigo, sonarían composiciones como Cordis Mariae, Luz de Misericordia, Lux Aeterna y Prendido para el deleite de los allí presentes.

Las ganas de ver al Soberano con su Banda de Las Cigarreras no decrecían, por lo que en la llegada al Baratillo la gran cantidad de público era palpable. Y dijo Anás, Ante Anás, el Hijo de Dios y En mis recuerdos fueron la banda sonora del emocionante momento vivido junto a la Hermandad de San Gonzalo, y, tras una increíble ovación, el paso de misterio se perdía por la calle Pastor y Landero en busca del Puente de Isabel II: El Soberano volvía a Triana.

Pasado el Altozano y metidos de lleno en la Calle San Jacinto vendría otro de los momentos importantes del recorrido: El saludo a la Hermandad de la Estrella de vuelta. Sin duda uno de los momentos que todo cofrade debe vivenciar una vez en la vida. Dos de nuestros últimos estrenos musicales volvieron a sonar tras el Señor de San Gonzalo: Lux Aeterna e Inspiración. Con las marchas Rocío y Ego Sum llegaba el imponente paso de misterio a la Plaza de San Martín de Porres para marcar el inicio del fin de un Lunes Santo soñado.

Tras la ultima revirá del recorrido, las marchas Sagrado Decreto, En tu Buena Muerte, Y fue azotado y la Marcha Real fueron las que, con la cofradía inmersa en una oscuridad casi plena, pondrían el punto y final a una noche de Lunes Santo más junto a la querida Hermandad de San Gonzalo. 

Fotografías: Raúl Doblado y Fran Santiago.

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