Manolo Pardo 2025: La Santa Cruz se hizo música en el Santo Ángel
Atardecía en el centro de Sevilla barruntándose una gran noche. Era viernes 21 de febrero de 2025, y en el Santo Ángel se agolpaban centenares de personas desde el momento en que abría sus puertas el convento, al rededor de las 18 horas. Esa noche, tendría lugar allí el XII Concierto de música procesional «Manolo Pardo… In Memoriam», a cargo de la Banda de Las Cigarreras.
En el interior del ya abarrotado templo, se celebran las dos eucaristías que todos viernes se podían escuchar en este convento sevillano, mientras que los músicos de Las Cigarreras iban apareciendo para afinar en la calle Muñoz Olivé.
Con máxima puntualidad, a las 21:15 horas, llegaba la música con los sones de Maestro, la marcha que Dionisio Buñuel dedicara al añorado Manolo Pardo, y que como cada año sonaba en su concierto. Una marcha que servía de obertura tanto para los presentes en la iglesia, como para todos los seguidores que se conectaban a la emisión en directo que podía ver en nuestro canal de YouTube.
Tomaba la palabra Fray Juan Dobado, prior del convento, quién nos daba la bienvenida a su casa con el cariño que nos tiene acostumbrados. La medalla de la Agrupación del Santísimo Cristo de los Desamparados y María Santísima de la Salud fue colocada por el querido Fali Lobo en nuestro banderín, todo un honor para la Banda de Las Cigarreras, además de participar en la labor benéfica con este V ciclo de conciertos «Cristo de la Sopa».
En este momento, nuestro querido Francisco José Borge, tomaba la palabra para presentar lo que a continuación se podría escuchar… Una presentación tan breve como certera y hermosa. Y es que la música hablaría por sí sola: Al pie de tu Santa Cruz, Luz de Misericordia y En tu Buena Muerte. Tres composiciones que podrían ser la banda sonora de cualquier Viernes Santo en la Carretería, y que tan acordes son con la imponente imagen del Cristo de los Desamparados, allí presente.
Pero sin duda el gran momento de la noche estaba por llegar… Sanctae Crucis. Dedicada a nuestra querida Hermandad de la Santa Cruz del Cerrillo de Villalba del Alcor, y a la memoria de la madre de nuestro querido director musical, Juan Antonio Martínez, sonaba por primera vez de la mano de Cristóbal López Gándara, su autor y director de este concierto.
Tras esta primera interpretación, una larga ovación por parte de todos los presentes, incluyendo los músicos, ante un visiblemente emocionado Juan Antonio, nuestro «Profe». Uno de esos momentos que, sin acaparar los focos, los que vivimos de cerca guardaremos en nuestro corazón.
Aún con los sentimientos a flor de piel llegamos a las tres últimas marchas que, en palabras de nuestro presentador, fueron tres marchas para tres misterios, tres gubias para tres actos. Ortega Bru, Lastrucci y Ocampo, tres son los momentos en los que Gándara nos transporta a Orfila, Sol y Dos de Mayo… De este modo, sonaron Agnus Dei, Gath Shemânîm y Crucifixus.
También con una extensa ovación, el público agradecía la interpretación de estas tres últimas marchas. Tras la protocolaria entrega de recuerdos por parte del convento, de la Hermandad de la Santa Cruz del Cerrillo allí presente, y de Las Cigarreras con la familia de nuestro añorado Manolo Pardo, se interpretó de nuevo el estreno de la noche, para concluir con la Marcha Real.
La noche se barruntaba como una gran noche, y la realidad sobrepasó toda expectativa. Habló la música, pero también lo hizo el trabajo de meses de ensayo, el talento de Cristóbal y los sentimientos que afloraron en cada nota. La vida y la muerte según nuestra música, una noche memorable para todos los cigarreros de corazón, y que siempre podremos recordar cuando escuchemos Sanctae Crucis.
