Un nuevo Viernes de Dolores junto a la Hermandad de La Misión
Como todo, la espera también tiene su fin. Volvió la primavera y con ella volvió el Viernes de Dolores a Sevilla. Otro año más, la Archicofradía del Inmaculado Corazón de María, Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santo Cristo de La Misión, Nuestra Señora del Amparo, San Juan Evangelista y San Antonio María Claret, volvía para marcar el inicio de las vísperas de nuestra ansiada Semana Santa.
Como viene siendo habitual, sobre las 18:30 horas de la tarde empezaron a sonar los primeros compases cigarreros interpretados por nuestra querida Banda Sagrada Columna y Azotes: la cruz de guía estaba en la calle. Tras ella, cientos de capirotes azules que marcarían el camino del paso de misterio. Momentos después, los primeros guardabrisas del paso asomaban por el dintel de la puerta y comenzaba así nuestro Viernes de Dolores.
Tras la clásica interpretación de la Marcha Real a la salida del paso, Sobre los pies te lleva Sevilla, Amor de Madre y Cordis Mariae fueron las composiciones que sonaron tras el Señor para trasladarlo hasta el tradicional saludo ante el Colegio Claret, uno de los puntos clave en el discurrir de esta cofradía por la barriada de Heliópolis. Otras composiciones como La trabajadera de metal, La Milagrosa, Réquiem, Santísimo Cristo de las Siete Palabras o El Prendimiento pondrían música a la escena representada en el portentoso misterio hasta que la noche fue ganándole la partida al día y los rayos de luz fueron desapareciendo.
Ya con el velo de la noche sobre nosotros, la situación se volvería más especial y empezaría un tramo del recorrido de lo más elegante. A la lumbre de los guardabrisas estrenados pocos años atrás, el Señor con la Cruz al hombro avanzaba por las calles de la feligresía a sones de marchas como Pasión, Muerte y Resurrección, En mis recuerdos, Prendido, Ante Anás el hijo de Dios o Lux Aeterna.
Poco a poco, todo se fue consumiendo hasta que el reloj marcó la medianoche. Puntual a su horario, sobre las 12 horas ya se encontraba el paso del Señor en el último tramo de su recorrido, donde pudieron escucharse composiciones como Ave María, Y fue Azotado o Costalero del Soberano para terminar otra jornada de ensueño junto a la Hermandad de La Misión.
Fotografías: Salva López y Tomás Quifes.