Sábado Santo 2015: Alegoría de nuestra Fe
Con el cielo azul y un gran sol dando lecciones de primavera por las calles sevillanas, comenzaba el cortejo de nuestra querida Hermandad de la Trinidad a ponerse en la calle. Pasadas las tres de la tarde sonaban los primeros sones cigarreros con Ego Sum en la Cruz de guía, interpretada por nuestra cantera, la Banda Sagrada Columna y Azotes.
El silencio llegó cuando aparecieron los ciriales por el dintel de la puerta de la Iglesia. El capataz, de una forma acertadísima, mandaba a sus hombres bajo las trabajaderas del Sagrado Decreto, que salió a la calle entre aplausos de los allí presentes. Señor de Sevilla sonaba tras la Marcha Real, era Sábado Santo.
Con un andar majestuoso y elegante, el misterio del Sagrado Decreto discurría por María Auxiliadora hasta llegar a la Calle Valle. Acompañado por un repertorio de corte clásico en su mayoría, llegaríamos a la Calle Orfila, donde interpretaríamos Jesús en su Prendimiento frente a la Parroquia de San Andrés, donde reposaban los titulares de nuestra querida Hermandad del Miércoles Santo.
Con la marcha Réquiem, hacía su entrada en Campana el misterio del Sagrado Decreto. Y fue azotado” y “Alegoría de la Fe serían las composiciones que sonarían en la última entrada en Carrera Oficial de la semana. Ya por la Plaza de San Francisco avanzando hasta la Avenida de la Constitución sonarían marchas como Cristo de la Sangre, Esa espina de tu cara o Sagrado Decreto.
De nuevo, con la Marcha Real, comenzaba el camino de vuelta del paso alegórico del Sagrado Decreto. Cabe destacar el cambio de itinerario respecto a años anteriores. La cofradía discurrió por la Plaza de San Leandro desde la zona de La Alfalfa, 25 años después de la última vez que lo hiciese en 1991. Marchas como Ave María, En mis recuerdos…, Ante Caifás… el hijo de Dios o Una palabra tuya, harían de esta parte del recorrido un momento entrañable tanto para la banda como para los espectadores.
Marcha tras marcha y aplauso tras aplauso, llegábamos de nuevo hasta María Auxiliadora para encaminarnos hacia la oscuridad y el recogimiento de la entrada del misterio en su Iglesia. Por Triana Soberano y Sagrado Decreto eran las últimas marchas que interpretábamos antes de entonar la Marcha Real.
Así, termina otra Semana Santa más, donde la Hermandad de la Trinidad supone nuestro broche de oro a tantas horas de ensayo, sacrificio y trabajo. Ahora, las vivencias se transforman en recuerdos, y los recuerdos en energía que nos sirve para afrontar el último tramo de la temporada y responder con el máximo compromiso a las siguientes actuaciones de nuestra formación.
Foto principal: Octavio Linares Fotos: Tomás Quifes