Jueves Santo 2022: De nuevo en nuestra casa
Cuatro años después, la luz de un Jueves Santo, esa que hace que reluzca más que el sol, volvía a iluminar una sonrisa en el rostro de todo cigarrero. Cuatro Jueves Santos sin la elegancia de la Virgen de la Victoria bajo palio por fin verían su fin el 14 de abril.
Con una temperatura más propia de los meses estivales que de la primavera, se abrían las puertas de la Capilla de la Fábrica de Tabacos dando paso a los diferentes tramos de capirotes morados. Los sones de nuestros niños de Sagrada Columna y Azotes se perdían por las calles de los Remedios cuando asomaban por el dintel los guardabrisas del paso de misterio… De nuevo en nuestra casa, en nuestra Hermandad y con nuestra gente, la Banda de Las Cigarreras volvía a vivir un Jueves Santo.
Réquiem, en memoria de todos los cigarreros que nos faltan tras estos duros años, e Y fue azotado, fueron las primeras marchas que sonaron tras Nuestro Señor Atado a la Columna. Ambiente festivo, familiar y cofrade el que se puede respirar cada Jueves Santo en el primer tramo del recorrido, ese que hace que la cofradía desemboque en la Plaza de Cuba para cruzar el Guadalquivir.
Ya en el barrio del Arenal, los sones clásicos cigarreros se intercalaron en este Jueves Santo con composiciones más contemporáneas. De este modo se pudieron escuchar marchas como La Milagrosa, Madre de Dios, Ante Pilatos… El Hijo de Dios, Eucaristía o Jesús, Salvador y Soberano. Algo que llamó favorablemente la atención del público que esperaba la cofradía en este punto.
En la Plaza de la Campana, los sones de Azotes, Maestro e Y fue azotado fueron los que pusieron la nota musical al Señor.
Justo antes de despedirnos momentáneamente del cortejo, antes de entrar en Catredral, sonó la marcha ¡Victoria! que estrenamos en esta Semana Santa 2023. Tras ello, accedimos al templo catedralicio como cada año con nuestra Hermandad, y cedimos el testigo a nuestros pequeños de Sagrada Columna y Azotes, quienes interpretaron su música tras el Señor desde la Catedral hasta la Plaza de Cuba. Sin duda el momento más emotivo de todo músico cigarrero cuando se encuentra en sus comienzos.
Ya en la Plaza de Cuba, las marchas se sucedieron tras el misterio hasta llegar de nuevo a nuestra casa. Allí aguardaba, como cada año, una de las grandes desconocidas de la Semana Santa sevillana: La recogida de Las Cigarreras. La oscuridad solo quebrada por el resplandor de los cirios y la luna crea un ambiente sobrecogedor en la plaza, que alcanza mayor belleza cuando irrumpen en ella los candelabros de guardabrisas que tallara Antonio Martín Fernández.
Cordis Mariae, En tu Buena Muerte e Y fue azotado fueron las marchas con las que cuatro años después pudimos completar un Jueves Santo esplendoroso en nuestra Hermandad. Un Jueves Santo, de nuevo en nuestra casa.