Historia
Atecedentes
A finales de los años 70, empiezan a desaparecer, de manera asidua y activa tras los pasos y desfiles procesionales, las bandas militares y de los cuerpos de seguridad del estado. En Sevilla eran reconocidas por su importancia dos de ellas, logrando ser referentes cada una de un estilo muy diferenciado, la Policía Armada con su más puro estilo de cornetas y tambores (importado de Málaga) y la Guardia Civil con su conocido estilo propio donde combinaban las cornetas y los tambores con otros instrumentos tales como trompetas, saxos, gaitas, cajas y platos.
Al desaparecer estas bandas y otras similares, en muchas hermandades nace la iniciativa de crear bandas en el seno de los incipientes grupos jóvenes que comenzaban a germinar en todas ellas, y había que dar actividades a esos chavales que se acercaban a las mismas con la ilusión de participar de manera activa (Costaleros, coros, acólitos, bandas… etc.).
Es en el transcurso de 1979 cuando en la Hermandad de Las Cigarreras surge el germen de la que hoy día es su banda más emblemática: La banda de cornetas y tambores Nuestra Señora de la Victoria “Las Cigarreras”. Como ya es sabido por todos, en sus comienzos lleva un estilo mixto, que no era otra cosa que un híbrido entre los ya conocidos de la Policía Armada y de la Guardia Civil, donde se interpretaban marchas indistintamente de ambas formaciones, y cuya instrumentación estaba compuesta por cornetas y tambores, trompetas, cajas y platos, incorporándose un poco más adelante el trombón.
Con esta formación y ambos estilos estuvo desfilando hasta el año 1983, momento en donde la banda se decanta por seguir solo con el de la Policía Armada, por las razones sobradamente conocidas y la vinculación a la misma como primer maestro de Don Manuel Pardo (ex componente de la banda de la Policía Armada).
Bajo el prisma evolutivo de la Banda de Las Cigarreras, mostramos en los apartados de las diferentes décadas los cambios que han ido surgiendo y cómo la han llevado del estilo de la Policía Armada (Bomberos de Málaga) hasta fraguar un estilo propiamente sevillano y bastante particular conocido como el estilo de “Las Cigarreras”, basado a grandes rasgos en la introducción y utilización de elementos ajenos al estilo originario, tanto en materia instrumental, compositiva, interpretativa e incluso estética. Haciendo mención de manera cronológica a la incorporación, pérdidas y cambios de la formación a los distintos cortejos procesionales, que a día de hoy la hacen gozar de una de las Semanas Santas más completas que pueda tener una banda sevillana.