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Broche al IV Ciclo Manolo Pardo en la Mortaja

El viernes 26 de Febrero de 2016 pusimos el broche al IV Ciclo de Conciertos de Cuaresma «Manolo Pardo… In memoriam», y lo hicimos con un concierto de esos que tanto nos reclaman nuestros seguidores de Sevilla. Un concierto en la Iglesia de la Sagrada Mortaja y que llevaba por nombre Solemnidad.

En el transcurso del concierto, presentado por el querido Juan José García del Valle, tuvimos el placer de escuchar el tercer y último estreno de nuestro repertorio cara a la Semana Santa 2016: La romántica composición dedicada a la Hermandad de la Carretería Luz de Misericordia, así como la presentación del II Cartel de Semana Santa de Las Cigarreras. Como ya hiciéramos en anteriores crónicas de estos conciertos, os dejamos sin más con la presentación con la que el bueno de Juanjo García nos deleitó a todos los presentes.


Texto de Don Juan José García para este tercer concierto Ciclo

Aún lo recuerdo como si fuese ayer, en la vieja estantería de antigua madera oscura, en una de sus baldas yacía junto a otros cassettes de (Patón, Soria 9 o Tejera) aquel que hizo avispar en mi interior, la pasión por la música procesional y mi admiración por vuestra formación musical.

Era pequeño, con apenas dos años, sabía perfectamente distinguir los sones cigarreros de cualquier otro, y en los momentos de angustia y sollozo, mis padres también sabían de manera infalible qué fórmula escoger para calmarlos. Os lo juro, lo recuerdo como si estuviera reviviendo aquel momento, sin que el tiempo haya puesto fronteras a lo ya ocurrido.

Mis primeros recuerdos, aún resuenan en mi memoria con aquellos ecos de aquel cassette con esquinas comidas por el tiempo y su uso cotidiano. Siempre me evoca lo mismo, una y otra vez, aquel niño con alma cigarrera desde su inocente nacimiento, calmaba su llanto con los sones de una pieza; Amor de Madre.

Hoy, veinticinco años después, aquel niño que buscaba con su impoluta inocencia el refugio de vuestra música, para sentirse seguro y tranquilo, os presenta.

Amigos, la banda de las Cigarreras supone un referente único e inigualable de la música procesional en lo que a su género representa. Valentía, por el hecho de innovar, por abrir el terreno musical a otras facetas con el fin de alimentar la evolución del estilo de las cornetas y tambores.

Sencillez, por conservar el espíritu humilde, de sacrificio y entrega, de aquellos jóvenes que bajo el frío, la lluvia y los óbices que a veces Dios y la vida ponen en el camino para fraguar con fuerza el porvenir de uno mismo, ensayaban en el campo de la Feria allá en los primeros años de la formación.

Y lo que es lo más importante, su Sentimiento, como rezaba aquel trabajo discográfico del que antes hacía mención, un sentimiento que se convierte en Solemnidad, en unción perfecta para que la banda sea el nexo perfecto de unión entre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y el espectador que conecta de forma inexorable entre lo que oye, lo que ve y lo que siente.

Solemnidad, así, así reza este último concierto del Ciclo en recuerdo del que fuera “Alma Mater” de las Cigarreras, de Manolo Pardo, de quien casuísticamente el azar quiso que se convirtiera en el padre de lo que hoy entendemos como Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de la Victoria.

Solemnidad, en sus notas, solemnidad en sus composiciones, solemnidad en su música, solemnidad en el ambiente recreado para acompañar a su queridas hermandades de la Misión, de la Sagrada Cena, de San Gonzalo, de la Bofetá, de los Panaderos, de las Cigarreras o de la Trinidad.

Pero si lo solemne tuviera un sentido metafórico en el mundo de las cofradías, tendría nombre por barrio y apellidos, por cofradía; Arenal y Carretería.

Los que tenemos la suerte de ser Carreteros y llevamos a gala el espíritu de nuestra hermandad, de antiguos toneleros que en su origen fundaron la cofradía, somos protagonistas indirectos de este concierto que bajo el amparo de Nuestra Señora de la Piedad y su hijo descendido de la Cruz, tiene hoy su cita aquí.

Así pues, que se alce al cielo la música que hoy nos sirve de inicio y preámbulo de lo que está por llegar, de lo que en poco más de tres semanas dará comienzo, para no terminar más que en aquel manido calendario que hoy nos sirve marcar la espera, que marche esta cofradía que lleva a gala su música y tiene por nombre; Cigarreras.

Estimado Hermano Mayor y junta de gobierno de la querida Hermandad de la Sagrada Mortaja, que hoy nos acoge aquí en su casa. Hermano mayor y oficiales de junta de las hermandades de la Sagrada Columna y Azotes, las Cigarreras y la Carretería. Dirección y músicos de la banda de las Cigarreras, cofrades y amigos todos; Bienvenidos a este tercer concierto con el que se culmina el IV Ciclo En Memoria de Manolo Pardo.

Con la solemnidad que caracteriza a la banda de las Cigarreras, por el lugar silente y mágico que nos ampara y por la delicada selección de piezas escogidas, así empieza este concierto. Giulio Caccini y Bienvenido Puelles unidos prácticamente en una misma melodía. Una simbiosis perfecta, entre el Ave Maria y Requiem, dos piezas musicales que cada una en su marco espacio temporal han hecho historia en esta banda y lo que a su música se refiere.

Hasta veinte años atrás nos vamos a marchar, concretamente hasta el año 1996, cuando se edita el dicen los entendidos que pasa por ser el trabajo discográfico más completo de la banda y que lleva por título; “..A Sevilla”. En él, se recogen marchas que hoy día son santo y seña de la banda y que en aquel momento, fueron una auténtica revolución musical; Refúgiame, Divina Pastora de Cantillana o Dulce Nombre de María son algunas de las que se encuentran en el citado trabajo.

Hoy, vamos a disfrutar de dos piezas que también fueron grabadas por primera vez en aquel recordado disco; Para comenzar Stella Maris, de José Manuel Reina y Rafael Vázquez, marcha de un sabor nostálgico envolvente. Hecha a medida para “La Carretería”, nombre de la segunda que escucharemos a continuación, una genialidad salida de otro emblema de esta banda, Pedro Manuel Pacheco Palomo.

Y como cierre, la marcha que abre el Viernes Santo una vez que el galeón Carretero, asoma por la recoleta Capilla tonelera, una delicia hecha música, medida, perfecta y equilibrada en su conjunto, A los Pies de tu Santa Cruz, de Francis González Ríos.

Turno para la música, para honor a María, Stella Maris… Mira a la estrella… llama a María.

Llegamos al ecuador de nuestro particular itinerario, y quizás en el mejor momento, cuando la banda está hecha a cada instrumento, viene el lugar indicado para un estreno. Un estreno de quilates, de los que nos hará inmiscuirnos de forma prodigiosa en lo que se representa. “Luz de Misericordia”, dedicada a la Nuestra Señora de la Luz en el misterio de sus Tres Necesidades. Una Luz, más que nunca Misericordiosa por el año en el que estamos. La enhorabuena por adelantado a Rafael Vázquez, porque estoy seguro que hará que nos pongamos todos la piel de terciopelo, azul, oscuro, como los que ciñen a su cuerpo los nazarenos de la Carretería dando “Luz de Misercordia” al germen de su cofradía…

A continuación se descubrirá el cartel que lleva por título «Semana Sant Cigarrera 2016» y que organiza en su segunda edición la Asociación Musical María Santísima de la Victoria, Las Cigarreras. Su autor, que recogerá el primer premio del concurso fotográfico que se ha realizado para el mismo, es Juan Ignacio Borrallo Boza. 

Llega a casa esta cofradía, tras un hermoso, pero intenso recorrido musical por el alma de nuestra Sevilla, es turno de poner el punto final a nuestra particular estación de penitencia. ¿De qué modo?, aquí no hay otro, con el mismo que dimos comienzo, con música, con emoción, con Solemnidad.

Cerca de aquí, donde nace la Madrugada, en San Antonio Abad se estrenó el pasado año, en este mismo Ciclo de Conciertos, la marcha que viene a continuación, nombre hermoso..”Una Palabra Tuya”, de Francisco Javier Torres Simón, una melodía melancólica que transmite el transitar doloroso de Jesús por las calles de Sevilla, como también, la tristeza, el dolor y el desgarro de la pérdida de un ser querido, a cuya madre dedica Francisco Javier las notas musicales que abordan el pentagrama de la marcha.

Después, al Corazón de María, Cordis Mariae, donde Rafael Vázquez, supo reflejar de manera idealizada, el espíritu claretiano de los cofrades de la Misión, en su discurrir por el barrio de Heliópolis cada Viernes de Dolores.

Para cerrar otra composición que ya se ha convertido en historia viva de esta banda, su autor Pedro Pacheco, su título En Tu Buena Muerte…

Amigos y amigas, nos vamos a ir, como lo suele hacer una cofradía que termina su estación de penitencia antes de abandonar su templo. Con la oración al padre, aquí hecha música y escrita por el director de esta banda de las Cigarreras; Dionisio Buñuel.

Nos marchamos en su recuerdo, a su memoria, con los ecos de una marcha que siempre suena de forma especial y distinta, va por vuestro origen, va por vuestra historia, Va por Ti…Maestro.

Texto de presentación: Juan José García del Valle | Foto: Alberto Nogales

Información del autor
Juanjo Dorado
Juanjo Dorado
Director de comunicación. Componente en la cuerda de trompetas.
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