Viernes de Dolores 2024: El día que no nos preocupó el cielo
Casi sin darnos cuenta, voló una nueva Cuaresma. Y es que el 21 de marzo de 2024 se presentaba como el primer día en la víspera de una tempranera Semana Santa. Era Viernes de Dolores. Ese día en que todo el engranaje que desde Las Cigarreras llevamos meses preparando toma forma en el barrio de Heliópolis.
Meteorológicamente hablando, los pronósticos vaticinaban unas vísperas tranquilas y una Semana Santa que… mejor no mirar. Sin embargo, la realidad es que el Viernes de Dolores 2024 amaneció con chaparrones de barro en Sevilla y alrededores. Afortunadamente remitieron con el paso de las horas y pudimos disfrutar de una tarde tranquila, que a la postre sería la única de esta guisa en esta semana grande.
Metidos en faena, poco después de las 18:30 horas y con todo el cuerpo de nazarenos en la calle, asomaba el imponente misterio por la puerta del Claret, dejando ver dos novedades importantes en el mismo, como son los nuevos respiraderos y la imagen del Señor con potencias. A la habitual Marcha Real, sucedieron las marchas El Cachorro, Triana llora tus Penas y Tus Lágrimas, con las que el misterio se presentó ante el Colegio Mercedes.
Llamaba la atención la cantidad de público que se agolpaba en estas primeras calles de la procesión, había ganas de Semana Santa y eso se pudo notar en el segundo de los saludos que la Hermandad hace en su itinerario. Hasta siempre, Soberano y Ante Anás… El Hijo de Dios sonaron ante la Residencia de Mayores Heliópolis, con sendas ovaciones al concluir.
Al no haberse producido aún el habitual cambio de hora, la llegada al Hospital Virgen del Rocío se hizo completamente de noche. Para llegar a este saludo, sonaron dos de las novedades del repertorio para este 2024 como fueron Oración de Gloria y Cristo de la Púrpura.
Turno para grandes avenidas como la avenida de la Borbolla, Cardenal Ilundain o Páez de Rivera, donde la tónica de mucho público se mantuvo alrededor del cortejo. Antes de adentrarnos en la parte más bella del itinerario, un último saludo. Esta vez ante la Residencia de Mayores MICLA, donde sonó otro de los estrenos de este año: Y en la otra orilla… seguida de ¡Victoria!
Si algo bueno tiene una Semana Santa en marzo, es que ésta coincide con la floración del azahar. Algo muy a tener en cuenta cuando nos adentramos en las calles de Heliópolis. La luz y el aroma del barrio hacen de la noche del Viernes de Dolores un deleite para los sentidos, y la nota musical no quedaría atrás: Crucifixus, Gath Shemânîm, La Carretería, Refúgiame, Y dijo Anás… Son sólo algunas de las composiciones que pudieron escucharse en estos mágicos momentos.
Y como broche, una entrada de las que cada año congrega a más público. La oscuridad de la calle y el reposado caminar del misterio fue otra delicia a la que pusimos música con En mis recuerdos… Ante Pilatos… El Hijo de Dios, Agnus Dei y Ave María.
El culmen a una maravillosa tarde vísperas que disfrutamos en Heliópolis junto a la querida Hermandad de la Misión, con la inocencia de las primeras veces y sin saber que sería la última vez que podríamos hacer nuestra música, sin la preocupación de la lluvia…