Miércoles Santo 2017: De costero a costero
Caía la tarde en la ciudad de Sevilla. Capirotes tornados morado y burdeos ya desfilaban por Orfila, donde un júbilo expectante callaba al paso de la Hermandad de los Panaderos, que abría sus puertas para poner el broche a la jornada de Miércoles Santo.
Con la voz de Juanma Martín, el esplendoroso paso con Jesús en su prendimiento iniciaba el camino hacia la Catedral. Alegoría de la Fe, Sobre los pies te lleva Sevilla y Tus Lágrimas para llegar a la Plaza de San Andrés.
Resignación, Amor de Madre, Padre Manuel y La Cruz Gitana acompañaban al Señor durante su paso por las calles San Miguel, Trajano y llegar hasta la Plaza del Duque.
Antes de entrar en la Carrera Oficial, Al Señor de la Sagrada Cena ponía compás a los cambios que los costaleros mandaban desde dentro. Se interpretó también Eucaristía, para dejar paso a tres composiciones notables como Ante Anás, el Hijo de Dios, Prendido y Costalero del Soberano, con la cual terminó su paso por la Plaza de la Campana y reviró hasta Sierpes.
Santísimo Cristo de las Tres Caídas, La Milagrosa, La Cruz Gitana, La Sentencia de Cristo y Réquiem fueron sucediéndose al discurrir del misterio hasta llegar a los palcos. Una vez llegó a la Avenida de la Constitución, sonaron Soberano en Getsemaní, En tu buena muerte, La Trabajadera de Metal y El Prendimiento, con la que llego a la Santa Iglesia Catedral.
Al salir de la misma, Cristo del Perdón y Virgen de la Victoria dieron paso a uno de los momentos de nuestro Miércoles Santo. El paso de misterio llegaba a la Cuesta del Bacalao, donde se interpretaron Noche de Lunes Santo, Llora la Esperanza, Sagrado Decreto e Y fue azotado.
Pero, sin duda, Sevilla espera con ganas el discurrir de la cofradía por las calles céntricas de Francos, Chapineros y Álvarez Quintero hasta llegar a la Plaza del Salvador. Estrecheces que dificultan el trabajo al costalero pero que nublan de bohemia la noche sevillana.
Madre Cigarrera, Ante Caifás, el Hijo de Dios y uno de los grandes estrenos de este año: Lux Aeterna, pusieron música en una de las plazas de Sevilla, con el Señor de Pasión ya en su paso.
Iba concluyendo la jornada, pero aún quedaban por sonar Divina Pastora de Cantillana, Dulce Nombre de María, Macarena, Madrugá Sevillana, María, Reina y Madre, Pasión, Muerte y Resurrección y Refúgiame, haciendo de la Calle Cuna una sinfonía cofrade.
Llegábamos al final del recorrido. De vuelta a la calle Orfila. Abarrotada de cofrades, fue el Ave María quien inició la entrada de Jesús en su Prendimiento, acompañado de En mis recuerdos… para poner el final a una jornada de Miércoles Santo inolvidable, llena de prendimiento.