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Lunes (y Jueves) Santo 2025: A por otros 50 años tras el Soberano

Lunes Santo 2025: A por otros 50 años tras el Soberano

Y como si de un sueño hecho realidad se tratara, el ansiado Lunes Santo de 2025, llegó.

El lunes 14 de abril, a pesar de las aciagas predicciones meteorológicas, amaneció espléndido, cielo azul, algunas nubes dispersas, aunque todo apuntaba a que sería una jornada con nervios e incertidumbres pero que saldría adelante sin sobresaltos.

Nuestras rutinas anuales se cumplen, por ejemplo, un aperitivo suave en casa, porque la hora de cita es temprana… Y ya luego se comerá algo durante la procesión. O en cambio, el otro lado de la moneda, en el que algunos compañeros quedan para almorzar por el barrio León. Entre las calles de alineados naranjos repletos de azahar y aroma a Lunes Santo, se puede encontrar mesas con numerosos cigarreros que están compartiendo los momentos previos a esta estación de penitencia.

Conversaciones, anécdotas de años anteriores, sugerencias y consejos a aquellos compañeros que este año se estrenan, hacen de la sobremesa un momento divertido, emotivo y único, porque todos saben que sin lugar a dudas, un Lunes Santo no es un día cualquiera.

Entre risas y confesiones se acerca la hora, por ello tanto la Plaza de San Gonzalo como las calles colindantes, se van llenando de público y fieles que impacientes, esperan a que asome el Señor como siempre.

Detrás del templo hay compañeros de la Banda Sagrada Columna y Azotes, que también se van preparando. Los “niños”, que también sueñan con poder ser algún día la novena trabajadera del Soberano.

Ya se escuchan cornetas, los primeros músicos van afinando y realizan sus ejercicios de calentamiento para que todo esté a punto. En los minutos de espera, mientras los nervios crecen y se mira el reloj una y otra vez, sin que parezca que los minutos pasen, se producen encuentros llenos de emociones.

Un vecino al que reconoces a pesar de llevar su antifaz colocado, tu tío y tu primo que se dirigen al punto donde les gusta ver la cofradía, o ese costalero que conoces desde hace años y al que abrazas deseándole la mejor de las suertes para que su fuerza no le falle en las innumerables “levantás”.

Ahora sí, llegada la hora, la puerta de la Parroquia se abre, dejando ver entre luces y sombras la espectacular Cruz de Guía con remates de plata, que va avanzando entre aplausos. Seguidamente, tramos y tramos de nazarenos blancos, mayores… pequeños… de todas las edades, demuestran de qué manera ha crecido la cofradía en los últimos años, lo que indudablemente se trata del buen hacer de los hermanos que llevan adelante esta corporación.

Entonces aparecen los ciriales que anteceden al paso de Cristo, y la plaza enmudece.

La tensión propia del momento de la salida te invade, hace que aguantes la respiración, y gracias a la maniobra indicada por el capataz, los costaleros logran llevar el paso hasta la calle. En ese momento suena la Marcha Real y Mi Cristo de «recogía», antes de que el Señor descanse sobre el centro de la plaza.

Más adelante, cuando el Señor del Soberano Poder Ante Caifás, caminaba por su barrio, sonó Hasta Siempre, Soberano en la calle de nuestro anhelado Bienvenido Puelles Oliver.

Después de la emoción de aquel momento, interpretamos algunas marchas, como, Ego Sum, Oración de Gloria o Tus Lágrimas, con las que poco a poco llegamos a la confluencia de la calle San Jacinto con Pagés del Corro, donde comenzamos el tradicional saludo a la Hermandad de La Estrella. Para ello sonaron las marchas Ante Caifás… El Hijo de Dios, Agnus Dei y Divina Pastora de Cantillana, que nos hicieron prácticamente llegar hasta el Puente de Triana.

Fue entonces cuando algunos músicos reparamos en una pequeña sorpresa que desde la priostería de la Hermandad nos habían dejado en la trasera del paso, y es que en uno de los candelabros, y con motivo del 50º aniversario de la hechura y bendición del Señor, nos habían dejado un precioso guiño con el escudo de Las Cigarreras.

Una vez que llegamos a Sevilla, a lo largo de la calle Reyes Católicos, la cantidad de público que esperaba al Señor inundaba por completo la ancha travesía. Para acompañar el discurrir, se pudieron escuchar algunas composiciones como Inspiración y Jesús en su Prendimiento entre otras más clásicas como Nuestro Padre Jesús «El Cautivo».

Sin solución de continuidad, llegamos a la zona de la Parroquia de la Magdalena, uno de los puntos donde el público espera con deseo la llegada de la Hermandad y en ese lugar, interpretamos Y en la otra orilla y Ante Pilatos… El Hijo de Dios.

Sin pausa ya que el día comenzó a enturbiarse, el Señor se abría paso hasta que se dispuso ante otra de las estampas clásicas de nuestra Semana Santa. La revirá de la calle Rioja, se ha convertido en una obligada cita a la que centenares de personas peregrinan cada Lunes Santo para acompañar al Cristo del barrio León y mostrar su cariño hasta el último suspiro antes de que se adentre en la Carrera Oficial.

Por ello, no había más remedio que acompañar musicalmente este momento, en primer lugar con la marcha Crucifixus, y ya en la esquina de la calle Rioja con Velázquez, con uno de los estrenos de esta temporada que en este caso fue Sanctae Crucis.

El público que allí se concentró vibró con la emoción que transmitió el imponente misterio debido a las sucesivas arrancadas que al compás de la música se producían, al mismo tiempo que una leve llovizna hizo acto de presencia, por primera vez en este Lunes Santo, y sin desdibujar en absoluto la procesión.

Y asimilando lo vivido, llegamos a la campana. En esta ocasión, el paso por la misma, debió ser algo más breve debido al temor de que estas leves precipitaciones que se estaban produciendo fuesen a más. De modo que interpretamos Noches de Lunes Santo y la marcha que hemos estrenado este año para el titular, Soberano. Con esta composición, el paso del Señor abordó calle Sierpes, por lo que los usuarios de las sillas de esta calle pudieron disfrutarla con creces.

Prosiguiendo con su firme paso, el misterio ante Caifás se plantó en la Catedral, donde nos impresionó sobremanera, ver formados todos los tramos de nazarenos bajo la nave central del templo, y la Cruz de Guía alzada, mientras el paso del Señor desfilaba frente a ella. Tras minutos de reflexión y consulta de las condiciones meteorológicas, la junta de gobierno de la Hermandad tuvo a bien tomar la decisión de que los titulares se quedarán refugiados en la Santa Iglesia Catedral.

Un extraordinario regreso

El Jueves Santo por la mañana fue el día indicado para llevar a cabo el regreso a la Parroquia tanto de Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder como de Nuestra Señora de la Salud. Puntualmente, según lo acordado, a las 8 de la mañana se presentó la Cruz de Guía en la puerta para iniciar la vuelta.

En esta ocasión el itinerario sería distinto debido a las circunstancias, por lo que el paso de misterio reviró hacia la avenida de la Constitución y a través de la calle García de Vinuesa, llegó hasta el Arenal, donde al final de la calle Arfe interpretamos Reinas del Baratillo.

Como si del propio Lunes Santo se tratara la Hermandad del Baratillo estaba presente en la puerta de su Iglesia, y para ello interpretamos Soberano, con la que prosiguió hasta la zona próxima al puente de Triana, no haciéndose el tradicional saludo ante la Hermandad de la calle Adriano.

Al bajar el Altozano, la Hermandad de la Estrella hacía lo propio, presentando su estandarte al paso de los hermanos que acompañaban la cofradía. ¡Y tú, Estrella! y Gath Shemânîn, fueron las interpretaciones que acompañaron este agasajo y a las que el público contribuyó con un generoso aplauso, valorando el esfuerzo de los costaleros.

Por la calle San Jacinto, de vuelta, asombraba la cantidad de público que rodeada la comitiva, y justo al llegar a la Plaza San Martín de Porres, se vivió una situación histórica que estaba prevista para la noche del Lunes Santo, ya que fue la Banda Sagrada Columna y Azotes, quién acompañó musicalmente al Señor, interpretando para ello Cuando llega San Gonzalo y Tu eterna mirada, Soberano.

Ya en la calle Nuestra Señora de la Salud, volvimos a incorporarnos para terminar nuestro acompañamiento de regreso a la Parroquia, con las marchas Sobre los pies te lleva Sevilla, ¡Victoria!, Un cielo para mi Virgen, y después de entrar el Señor, la Marcha Real y el final de Hasta siempre, Soberano, como recuerdo a nuestro eterno Bienve.

Como cada año, no nos queda más agradecer a nuestra querida Hermandad de San Gonzalo por la confianza depositada en nuestra música. Esa música que ha sonado tras el Soberano casi en la totalidad de sus 50 años de historia. Sea por 50 años más de música en San Gonzalo.

Fotografía: Fran Santiago

Información del autor
Picture of Marco Antonio Sánchez García
Marco Antonio Sánchez García
Colaborador. Componente en la cuerda de trompetas.
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