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Lunes Santo 2015: Soberano

Llovía el azahar del Barrio León sobre las túnicas blancas de los nazarenos cuando los ciriales daban paso a nuestra estación de penitencia del Lunes Santo. Por delante, doce horas de derroche Soberano. No podía empezar este año de otra manera que con La Cruz Gitana, cuando la plaza del Barrio León sucumbía en aplausos.

Los capirotes blancos de Lunes Santo guiaban al Señor ante Caifás hasta que llegó al asilo de la Avenida de Coria, donde los sones de Macarena pusieron tinte a los izquierdos que el misterio enseñaba a Sevilla.

Eran horas de Sol y horas de calor humano, ya que el barrio entero y Sevilla arropaba el transcurrir de la cofradía por San Jacinto. En la Estrella, Ego Sum, Madre de Dios, Triana llora tus Penas e Y tú, Estrella acompañaron a Jesús ante la multitud de gente allí presente. Ni el calor evitaba que el Soberano fuera acompañado por la ciudad entera.

Pero había que seguir hasta la Catedral y no lo haría de otra forma que con el izquierdo por delante. Cruzó el puente de Triana, llegó a Reyes Católicos y sobre los pies andaba por San Pablo. Ya estaba en Sevilla. En la Magdalena, Ave María y En mis recuerdos… para llegar hasta la esquina de la calle Rioja, donde uno de nuestros estrenos, Ante Caifás… el Hijo de Dios, sonaba para quien fue compuesta.

Y un año más la Plaza de la Campana, el inicio de la Carrera Oficial, fue más Soberana que nunca. Réquiem, Pasión, Muerte y Resurrección, Llora la Esperanza y La Trabajadera de Metal sonaron tras el Señor Soberano del Lunes Santo. La primera, una dedicatoria al fallecido Juan Vizcaya y uno de los estrenos del año, la dedicada por Carlos Puelles a la memoria de su abuela. Un momento íntimo del que Sevilla fue testigo.

Reinas del Baratillo y Tus Lágrimas fueron poniendo la música a los pies de San Gonzalo hasta llegar a la Catedral. Caía la noche en la ciudad y, a sones de Una palabra tuya, Ave María y En mis recuerdos… llegó al Postigo, lugar señalado para muchos cofrades. La música tuvo su reconocimiento y el izquierdo de San Gonzalo volvía a Triana. Antes, el saludo al Baratillo, donde interpretamos Cordis Mariae, María, Reina y Madre, Ante Caifás, el Hijo de Dios y Alegoría de la Fe.

La cofradía volvía a su barrio, cruzaba el puente y se enganchaba de nuevo al espíritu de Triana, que había llevado por Sevilla como solo San Gonzalo puede. La cuadrilla de Manuel Garduño seguía deleitando y Madre Cigarrera, Y fue azotado, Llora la Esperanza y Sobre los pies te lleva Sevilla acompañaban al misterio en su transcurrir por San Jacinto de vuelta, donde un año más esperaba una Estrella, la de San Jacinto.

La noche empezaba a terminar. El Cristo del Soberano Poder ante Caifás llegaba a su Barrio León un año más. Sagrado Decreto para revirar, Noches de Lunes Santo y Soberano en Getsemaní mientras se aproximaba al dintel de la puerta y, cómo no, Costalero del Soberano para enmudecer la plaza.

Así quedó el Lunes Santo, así quedaron los allí presentes, así quedó la banda después de este día. Las cornetas callaron. El Soberano había regresado.

Fotos: Nacho Borrallo, Daniel Rodríguez y Tomás Quifes

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