Gracias a Dios… ¡Volvimos a salir!
Si alguna vez nos hubieran contado que La Banda de las Cigarreras iba a estar 785 días sin realizar una procesión, es decir, sin acompañar musicalmente a ninguna imagen sagrada, con total seguridad, hubiéramos tomado por loco a cualquiera que fuese capaz de contarnos semejante disparate.
Pero sí, es cierto, ha ocurrido, y es que desde aquel muy lejano 28 de septiembre de 2019, día en el que acompañamos al Cristo de la Buena Muerte de Valverde del Camino en su salida extraordinaria, las circunstancias no nos habían permitido seguir desarrollando la actividad para la que nuestro colectivo fue creado.
Bien sabemos que este periodo de inactividad procesional que hemos sufrido ha sido duro para todos, había muchas ganas de retomar nuestras costumbres. Por ello, los nervios estaban a flor de piel, los preparativos se llevaron a cabo con mayor mimo si cabe.
Y llegado el 21 de noviembre de 2021… Sí, por fin… ¡Volvíamos a salir! Hay compañeros que por diversos motivos han tenido que dejar la banda, otros que han sufrido varapalos familiares, e incluso algunos que no se habían podido estrenar en este periodo. Pero todo esto ya pasó, y ahora podemos decir que disfrutamos de una magnífica procesión, en la que pudimos hacer nuestra música por las calles de Palma del Río.
Al llegar a la localidad cordobesa, se notaba la expectación de un día grande. Calles engalanadas, visitantes de vecinas ciudades que ansiaban deleitarse de algo que se nos ha privado durante mucho tiempo… todo apuntaba a que sería una cita para el recuerdo.
Ya dispuestos sobre el Paseo Alfonso XIII, afinando nuestros instrumentos los nervios se templaban, porque sabíamos que iba a ser posible, que saldríamos a pesar del riesgo de lluvia que amenazaba. Comenzamos a desfilar y sonaron dos marchas clásicas de pasacalles como son Por si acaso y Nos vemos a las siete.
Al llegar a la Iglesia de San Francisco, el público aplaudió enérgicamente. Sus caras también reflejaban la ilusión y deseo por vivir una jornada histórica, que les ayudara a pasar página después de todos estos meses.
En un suspiro, las puertas del templo se abrieron, y con ellas, vivimos un momento muy emotivo en el que, un tambor y una fúnebre campana, comenzaron el rezo por el alma de nuestro compañero Manuel Pineda. A él, dedicamos la composición Réquiem.
Después de esto, los ciriales ya se asomaban a las puertas, y tras la salida del paso de La Borriquita, interpretamos la Marcha Real y Al Señor de la Sagrada Cena. Con esta marcha El Señor, avanzó entre un pasillo de fieles hasta llegar a la plaza, donde en esta ocasión interpretamos la marcha En mis recuerdos.
A partir de ahí, se produjeron una sucesión de marchas de antaño, clásicas de nuestro repertorio, como por ejemplo; ¡Y Tú, Estrella!, Divina Pastora de Cantillana, Padre Manuel o Macarena, que se iban intercalando con otras más actuales como, Silencio, ante Herodes… El Hijo de Dios, e incluso nuestro último estreno, en cuanto a marchas se refiere, que fue Jesús, Salvador y Soberano, la cual interpretamos poco antes de llegar a la muralla.
Paso a paso, revirás sobre los pies… la cuadrilla abriendo el izquierdo, calles estrechas… el corriente que manda entre trabajaderas… el murmullo de los costaleros… la sombra del misterio de La Borriquita, reflejada sobre la pared de un edificio… Sensaciones que permitían pensar, soñar en definitiva, que estamos recuperando la normalidad día a día.
De este modo, y algo acelerados por la presencia de la lluvia en los metros finales, llegamos a la recogida, que se produjo en el colegio Salesiano de la localidad. Pasando la cancela del colegio sonó la marcha Y fue azotado mientras el paso caminaba hacia la oscuridad que poseía el recinto.
Más adelante, mientras el misterio no cesaba en su andar, nos trasladamos mentalmente al barrio trianero a través de la composición Por Triana Soberano. Y ya en la penumbra, con la marcha Ave María, tuvimos la oportunidad de saborear la dulzura de este rezo, y una vez que el paso estuvo frente a la puerta del templo, finalizamos interpretando Costalero del Soberano enlazada con la Marcha Real.
Con esos acordes pusimos fin a la procesión en la que tuvimos el honor de poner nuestros sones, y desde estas líneas, no nos gustaría olvidarnos de agradecer a la Hermandad de La Borriquita la confianza que depositó en nosotros al pedirnos que fuésemos quienes acompañaran a su paso de misterio en esta salida extraordinaria.
Además, también quisiéramos dar un enorme aplauso a los vecinos de Palma del Río, por su exquisito comportamiento en todo momento, respetando las medidas sanitarias, llevando la mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad con los miembros de nuestra banda.
Por último, desde Las Cigarreras, deseamos que pronto podamos volver a disfrutar de las procesiones en nuestras calles y de nuestra fiesta mayor que, tanto echamos en falta.
Agradecer las fotografías a Salva López.