Una Córdoba de ensueño para que paseara Jesús Caído
La musa del poeta, Córdoba, fue el mayor testigo de lo que aconteció este sábado por sus calles. La Hermandad de Jesús Caído volvía de la Catedral de la ciudad culminando la celebración del CCL Aniversario de la fundación de la Hermandad.
Desde muy pronto se notaba en el ambiente. Andalucía estaba pendiente de ello. La querida Banda de Nuestra Señora de la Oliva de Salteras inauguraba su recorrido con la marcha «Jesús Caído» y el Señor ya desfilaba por las calles hasta la que es su casa. Nosotros tuvimos el orgullo de, llegando a la Puerta del Perdón, ponerle sones cigarreros a tan magna procesión. Costalero del Soberano, Dulce Nombre de María, o Pasión, Muerte y Resurrección acompasaban un andar tan elegante como señorial. La Banda de Las Cigarreras notó, desde el primer momento, la perfecta conjunción con los costaleros, algo que sin duda el espectador pudo disfrutar.
La gracia de sus calles con el aroma de su fiesta nos brindaba la Córdoba más antigua, la de su Mezquita. Pasajes estrechos con el público muy cerca. Caía el sol y sonaban marchas como Madre de Dios, Stella Maris o La Carretería.
Deanes, Conde y Luque, Cruz Conde, Manuel de Sandoval, Caño o Plaza de Santa Marina eran testigos del pasear de Jesús Caído. Detrás, su madre, Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad. Sonaban composiciones como Ave María o Al Pie de tu Santa Cruz en Santa Marina, ya con la noche bien entrada sobre Córdoba.
La guinda, en la entrada. Con el entrañable entorno de su templo, el paso de Jesús Caído subía hacia su Iglesia con Sagrado Decreto e Y fue Azotado, culminando un recorrido muy emotivo donde nunca faltó la elegancia, virtud y fe.
Foto: Rafael Carmona
