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A la vanguardia… Sin olvidar nuestros orígenes

Concierto de Las Cigarreras en la Iglesia de Santiago 2024

Con la llegada del mes de marzo, la Cuaresma 2024 ya casi llega a su ecuador, se va perfilando el repertorio, los detalles pendientes se pulen y nuestro ritual diario va tomando sentido. El engranaje que comenzó a rodar allá por el lejano mes de septiembre, va alcanzando el ritmo adecuado de cara a nuestro mayor objetivo, que no es otro que la ansiada Semana Santa.

De modo que, el 1 de marzo de 2024 llegaba el momento de desvelar el último de nuestros estrenos en esta temporada. Para ello, el marco sería la Iglesia de Santiago el Mayor, sede canónica de nuestra querida Hermandad de La Redención.

Por un lado, el concierto estaba inmerso dentro del ciclo que la propia Hermandad celebra, con vistas a la futura Coronación de la Virgen del Rocío, el cual lleva por nombre “El camino a la Coronación”, y por otro lado, se trataba del acto correspondiente al XI Concierto Manolo Pardo… In memoriam, muchos motivos para que la cita tuviera gran repercusión, máxime cuando llevábamos tiempo deseosos de interpretar nuestra música en este emblemático templo, tras su reciente restauración.

A medida que nos íbamos acercando a la calle Santiago, travesía cofrade por excelencia, ya se palpaba la trascendencia de la cita que acontecía aquella noche. La misma Plaza de Jesús de la Redención, lucía repleta de público expectante para ingresar al templo, ya que las puertas aún se encontraban clausuradas.

Pero en esta ocasión, todo sería distinto; sólo los músicos accedimos a la Iglesia antes de la hora acordada; nos preparamos, calentamos y afinamos instrumentos mientras transcurrían los minutos; y en el horario justo, en el minuto exacto, a las 21:30 horas, se abrieron las puertas en el mismo instante en el que el tambor comenzó a sonar.

El público, boquiabierto, no sabía lo que estaba ocurriendo, ¿cómo podía ser que estuviera tocando la banda? Miraban ojipláticos, mientras lograban conseguir asiento entre la multitud que allí se daba cita.

Y fue así, así ocurrió, aún no había dado comienzo el concierto, pero la razón por la que la banda ya sonaba, fue que quisimos recrear, o más bien trasladarnos a “un ensayo” como los que allí tuvieron lugar allá por el año 1979, cuando nuestros antecesores cigarreros comenzaban su andadura y tuvieron el enorme privilegio y, sobre todo, el amparo de esta Iglesia y esta Hermandad, para poder desarrollar su actividad musical, que hasta hoy nos llena de emoción.

De esta forma, mientras las personas que pudieron incorporarse en primer lugar, ocupaban los bancos centrales de la iglesia, interpretamos las marchas El Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de Consolación y Lágrimas, que efectivamente perduran en nuestro repertorio desde aquellos años.

Una vez que el público se acomodó de la forma más adecuada posible, Jesús Rodríguez de Moya, hermano de la Hermandad de Redención, quien esa noche presentó el evento, explicó el porqué de lo que había sucedido y abrió el concierto oficialmente.

Entonces sí, apareció en escena nuestro director Cristóbal López Gándara, e interpretamos el primer bloque del concierto, en el que sonaron las marchas Virgen de la Victoria, Refúgiame y María, Reina y Madre. En cada una de ellas, las muestras de cariño por parte de los asistentes se sucedieron sin pausa.

Y entonces fue cuando llegó uno de los grandes momentos de la noche ya que se produjo el estreno de la marcha Agnus Dei. Esta obra, compuesta por el mismo Cristóbal, narra de forma descriptiva los momentos que acaecieron en la Última Cena, y que, Dios mediante, interpretaremos el próximo Domingo de Ramos, cuando acompañemos al paso de misterio de la Hermandad de la Sagrada Cena. De forma muy emotiva y exultante fue recibida por las personas que colmaban la iglesia, ya que rubricaron con un ensordecedor aplauso al finalizar la misma.

Después de reestablecer las emociones causadas por la última composición, continuamos interpretando el segundo bloque del concierto, en el que aparecieron las marchas Ante Caifás… El Hijo de Dios, Noches de Lunes Santo, Gath Shemânîm, y por último, Maestro, recordando, como es merecido en los conciertos de esta índole, a Manolo Pardo.

Fueron muchas las muestras de cariño recibidas por el público, familiares, presentador y amigos asistentes al evento, pero sin lugar a dudas, creo que es digno de mención, la anécdota que en los últimos compases del acto detalló el Hermano Mayor de la Redención, que para muchos de nosotros era desconocida, y es que nos relató que en aquellos primeros años de historia de nuestra banda, se produjo un traslado de los titulares desde Santa Catalina, al finalizar un periodo de obras en la Iglesia, en el que Las Cigarreras tuvo el enorme honor de poder acompañar musicalmente al Señor. Esas palabras dieron lugar a un emotivo momento en el que quedó reflejada la bonita relación que existe entre ambas entidades.

Para culminar la música en dicho acto, interpretamos la que a partir de ahora será la rúbrica musical con la que acabará nuestro Domingo de Ramos y la entrada en la Iglesia de Los Terceros, por ello sonaron Agnus Dei, Marcha Real y Cantemos al Amor de los Amores.

Recordando estos últimos acordes no nos queda más que agradecer profundamente a todas las personas que allí nos acompañaron y, por supuesto, a las Hermandades de la Redención y la Sagrada Cena, ya que sin vuestro apoyo y aliento diario, nuestra música no sería posible.

Información del autor
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Marco Antonio Sánchez García
Colaborador. Componente en la cuerda de trompetas.
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