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Entre Salamanca y Sevilla, un inesperado punto y final a nuestra música en 2020

El 8 de marzo de 2020 la Banda de Las Cigarreras ofreció en el Centro de las Artes Escénicas y la Música (CAEM) de Salamanca un concierto de esos que se recordarán toda la vida. Y esto será así no solo por el contenido del concierto sino por el contexto y las circunstancias que lo rodearon, haciendo de él un punto y final de la música de Las Cigarreras que no sabemos cuándo se convertirá en un punto y aparte.

Los conciertos que tienen lugar a mucha distancia de Sevilla tienen una manera especial de vivirse desde el punto de vista del músico. Hay quién se organiza y aprovecha para echar el fin de semana por la zona, quién prefiere ir y venir lo más rápido posible en su coche y quienes hacen del viaje en el bus de la banda una retahíla de anécdotas y risas.

Sea cual sea la historia de cada músico, cuando estos conciertos tienen lugar en mitad de una cuaresma no dejan de tener un denominador común: Comentar la Semana Santa que está por venir, recordar viejas batallitas de años anteriores, aquella revirá, como sonó la banda en aquella entrada tras 12 horas sin parar… Pero de camino a Salamanca, en estas conversaciones se colaba además un tema tan inesperado como molesto: El virus que estaba afectando ya a países europeos como Italia.

Aquel día, ningún músico ni asistente a este concierto podía imaginar lo que estaba por venir tan solo una semana después. Así que con la inocencia que otorga el desconocimiento de la situación que vendría y la profesionalidad que siempre procura impregnar Las Cigarreras en todo lo que hace, en torno a las 17 horas comenzó el concierto.

Con los sones de Amor de Madre a modo de obertura, los asistentes a este concierto pudieron introducirse de lleno en la idea que los organizadores y la Banda de Las Cigarreras querían plasmar, y es que mientras la banda interpretaba esta insigne marcha, se proyectaba tras ella una sucesión de imágenes que enlazaban las ciudades de Salamanca y Sevilla.

Tras ello, se presentaban los dos bloques del concierto. Un primer bloque donde se haría un repaso a La Pasión de Jesús y donde se irían proyectando diferentes imágenes de misterios sevillanos y salmantinos conforme iban sonando los diferentes temas que Las Cigarreras escogió para cada momento de La Pasión.

El segundo bloque, haría disfrutar a los presentes de la música más reciente de la banda, con temas como Prendido, de Francisco Javier Torres Simón, y la tetralogía de marchas compuesta por Cristóbal López Gándara sobre el juicio de Jesús. Más tarde, y a petición del público (la nueva), sonaría la última novedad de Las Cigarreras, que se estrenó tan solo días antes en el concierto que ofrecimos en la Parroquia de San Julián: Jesús, Salvador y Soberano.

Al terminar los compases de la Marcha Real, con la ovación del público, parecía que todo seguiría con la normalidad con la que disfrutamos cada cuaresma. Parecía que todos los rumores quedarían en eso, y podríamos seguir con nuestra música y nuestra semana grande… Aquel 8 de marzo fue la última actuación de la Banda de Las Cigarreras antes de la pandemia del Coronavirus.

Información del autor
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Juanjo Dorado
Director de comunicación. Componente en la cuerda de trompetas.
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