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Sones clásicos en una noche en nuestra Hermandad

El IV Ciclo de Conciertos de Cuaresma «Manolo Pardo, in memoriam», comenzó el pasado jueves día 18 de Febrero de 2016. Y lo hizo a través de los sones más clásicos de la Banda de Las Cigarreras y en un enclave familiar como es la Capilla de la Fabrica de Tabacos, la Capilla de nuestra Hermandad.El acto, fue presentado por el utrerano Don Antonio Cabrera Rodríguez, quién a raíz del concierto que nuestra formación ofreció hace unas semanas en Utrera, nos ha mostrado su admiración y cariño. A continuación os mostramos el texto que Antonio Cabrera preparó para el concierto. Un texto del que se desprende el cariño del que hablamos, un cariño muy especial por la música procesional en general, y por la Banda de Las Cigarreras en particular.


Texto de Don Antonio Cabrera para este primer concierto del Ciclo

Comenzaban los años sesenta del siglo XX, cuando un niño de Utrera, que acababa de hacer su primera comunión, se encontró con una formación musical de la Guardia Civil, cuya gallardía le impresionó; sintiéndose atraído como el hierro a un imán. Se pegó al cabo de tambor y fue su fiel acompañante hasta que se recogió aquella cofradía de Jesús Nazareno de Viernes Santo por la mañana.

Al día siguiente, Sábado Santo por la tarde, ese niño ávido de cornetas y tambores iba vestido con un hábito negro de luto tras el farol que acompañaba a la Cruz de Guía del Santo Entierro. Delante, a escasos metros, abría el cortejo la Banda de la Policía Armada de Sevilla saliendo de San Francisco e iniciando su deambular por la mostachonera planicie del Altozano.

Allí, seguro que estaba un músico cofrade excepcional como fue el zahinero Manolo Pardo, del que se cumplen 25 años de su prematura muerte y al que hoy vamos a recordar; especialmente en aquella época y en los inicios de la banda de las Cigarreras.

Ya a finales de los setenta y principios de la siguiente década, estas dos grandes bandas se convirtieron en referencia obligada de las formaciones musicales que acompañarían a Cristo y aquel niño utrerano, cambió su cirio por una cámara fotográfica y otras vivencias cofrades, para seguir viviendo con intensidad la Semana Santa.

Mientras tanto, nacía en Sevilla una banda que con los años se convertiría en mítica con un estilo propio que –hoy- conocemos como “el de las Cigarreras”.

Ese bendito estilo, se debe en buena parte a los inicios de esta formación musical, que estuvieron ligados a Manolo Pardo, el gran corneta de la Policía Armada sevillana, que ya no estaba activo al haber desaparecido la banda de dicho cuerpo.

Fue, en el curso de 1979-1980, cuando un grupo de chavales –allá en el recinto de la Feria- ensayaba con más voluntad que acierto y por allí, pasó haciendo “footing” el que iba a ser su primer maestro, Manolo Pardo con una gran bagaje musical y humano.

Desde entonces y hasta su prematura muerte, acaecida en el Domingo de Resurrección de 1991, cambió los ejercicios físicos por la enseñanza musical, su gran pasión, en una gran labor que a la postre hizo que se pusieran las primeras bases donde se sustenta la gran trayectoria de las Cigarreras.

Por ello, de generación en generación, el nombre de Manolo Pardo está presente en la Banda de las Cigarreras, no solo por todo cuanto aportó como músico si no también como persona, siendo considerado como su “Maestro”. Personalmente, aún hoy día, cierro los ojos y los oídos, y veo y oigo, la marcialidad y el eco de unos sones musicales que continúan en vigor.

Por eso, para aquel niño que hoy peina canas, es un alto honor estar aquí en la Capilla de la Fábrica de Tabacos de las Cigarreras con sus Titulares, su hermandad y su banda, y mucho más, si es para compartir el concierto primero de los tres del “IV Ciclo de Conciertos “Manolo Pardo… in Memoriam (Las Cigarreras)”, que va a tratar de “La Tradición”, con la interpretación de composiciones que describen el carácter clásico de la Hermandad de Las Cigarreras y de camino, para rendir el obligado homenaje -al Maestro Manolo Pardo-, realizado por sus herederos de Las Cigarreras que recogieron su testigo musical hace más de tres décadas.

Agradecer a todos los aquí presentes, su asistencia y comportamiento ejemplar en este magnífico acto, organizado –por la hermandad y la banda- dentro del IV Ciclo para honrar la memoria de Manolo Pardo, en el año en que conmemoramos el veinticinco aniversario de su último viaje camino del Padre Eterno. Por eso, vamos a dedicarle un fuerte aplauso para él, para “el Maestro de las Cigarreras”. Muchas gracias.

Foto principal: Cristina Rodríguez | Fotos: Carlos de Oliva

Información del autor
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Juanjo Dorado
Director de comunicación. Componente en la cuerda de trompetas.
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