Atarfe vivió las Vísperas Cofrades más musicales en su coliseo

El sábado 22 de febrero de 2025, la ciudad de Atarfe vivió una de esas noches que quedan grabadas en la memoria de los cofrades y amantes de la música procesional. Un género que llena calles, plazas templos y en esta ocasión, un recinto que como su propio nombre indica es colosal. Y es que allí tuvo lugar el concierto «Vísperas Cofrades», organizado por la Hermandad del Huerto de Granada.
A los pies de la majestuosa Alhambra nazarí, Atarfe se convirtió en el epicentro sonoro donde las notas de cornetas y tambores se entrelazaron con la emoción de los amantes de la música que allí se congregaban. Desde las 16 horas se iban sucediendo los sones de diferentes formaciones musicales de diferentes partes de Andalucía.
La temperatura era baja, el frío se colaba entre los asistentes, pero la música lo envolvía todo. Poco a poco, la noche se adueñaba del cielo granadino, oscurecía cuando la batuta de Mario Rescalvo Gil se alzó en el aire en torno a las 20:30 horas . La primera marcha, Agnus Dei, fue la encargada de abrir el concierto, dejando claro desde el primer compás que la velada sería inolvidable y nos trasladaría al misterio de la Sagrada Cena un caluroso Domingo de Ramos.
El repertorio, meticulosamente seleccionado, hizo un recorrido por algunas de las composiciones más representativas del género, con nombres de la talla de Cristóbal López Gándara, Pedro Manuel Pacheco Palomo, Bienvenido Puelles Oliver y Manuel Jesús Guerrero, entre otros. Especial mención merece el estreno 2025 de Soberano, una pieza que, a pesar de su juventud, ya nació con aires de himno que seguro que escucharemos y mucho en nuestra Semana grande.
Uno de los momentos más sobrecogedores llegó con Gath Shemânîm, cuando el eco de los metales parecía resonar entre los olivos del Huerto de Granada.
Pero la música procesional no solo se nutre de la tradición, sino que también sabe sorprender. Así lo demostraron los bises, cuando el Coliseo vibró con Gonna Fly Now (Rocky) y la contagiosa energía de Uptown Funk, un cierre electrizante que desató los aplausos y ovaciones del público quienes no dudaron en encender las linternas de sus móviles y bailar con nuestros sones.






Atarfe vivió una noche de vísperas cofrades con un aroma especial, un adelanto sonoro de lo que está por venir en la inminente Semana Santa.
Eran casi las diez de la noche cuando arropados hasta el autobús pusimos rumbo de nuevo a Sevilla con el fajín lleno de reencuentros y mensajes de aliento que invitan a crecer en nuestra música, a extendernos hasta nuevas fronteras.
En el aire, quedaba la certeza de que la música cofrade, aunque profunda en sus raíces, está destinada a evolucionar, a abrazar lo nuevo sin perder su esencia. Esta noche fue un reflejo de su futuro, un futuro donde la tradición y la innovación se funden para seguir emocionando a través de un bello ángel que nos sigue iluminando, incondicional allá donde vayamos.
