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Domingo de Ramos 2015: Hágase la Eucaristía

Los nervios se volvían a repetir y la Calle Sol volvía a esperar la llegada del Redentor de ojos verdes y tras Él, la Banda de Las Cigarreras. El día que todos tenemos marcado en rojo en el calendario. Todo parecía sacado de un sueño, todo era perfecto. Calle Sol, palmas en los balcones, un Sol radiante y las puertas de la Iglesia de los Terceros se abrían para dar paso a los nazarenos de las botonaduras rojas.


El momento que todos esperamos

La espera se hizo interminable, pero aún así llegó. El sueño se convertía en realidad y el Domingo de Ramos llegó a Sevilla. Eran las 15:30 y los primeros nazarenos de la Hermandad de la Cena ya recorrían la Calle Sol. Los ciriales comenzaron a asomarse por el dintel y con ellos la gran canastilla caoba de la Sagrada Cena. La estampa era mejor que en cualquier sueño. Un gran nube de incienso ocupaba toda la calle y la Banda de Las Cigarreras interpretaba las notas de la Marcha Real engarzándola como es habitual para esta corporación el Himno Eucarístico. El Señor de los ojos verdes regaba de Eucaristía las calles de Sevilla.

La primera marcha que se interpretó fue Requiem en honor al costalero fallecido el pasado 25 de Marzo, Sebastián Reina, cuyo costal iba a los pies del Señor de la Sagrada Cena. Posteriormente se interpretó la marcha Eucaristía como ya es costumbre en la Calle Sol.  Y en la revirá de Gerona con Doña María Coronel se estrenaba en la Semana Santa la Marcha Llora la Esperanza, de Carlos Puelles. El paso de misterio al acabar la interpretación empezó a andar con un paso elegante.

Ya en la Encarnación, donde no cabía ni un alfiler, el paso de misterio avanzaba con la marcha Azotes. Un Sol radiante para la ocasión alumbrada toda las Setas de Sevilla pero aún así el público era masivo.

En la Campana el paso anduvo con las marchas Amor de Madre, Cantemos al Amor de los Amores y se interpretaría, de nuevo, la marcha Eucaristía.

La Banda de Las Cigarreras, al ser hermana honoraria de la hermandad, acompañó al titular en su entrada en la Catedral. Volviendo a dar ejemplo de la relación tan estrecha que existe entre ambas partes. Además, este año la Banda cumplía XXXV años acompañando al Señor de la Sagrada Cena.


El regreso a Los Terceros

Un gran número de público se agolpaba en la Cuesta del Bacalao y como era de esperar las marchas que se interpretaron no dejaron indiferente a nadie. Para la revirá Alemanes – Cuesta del Bacalao se interpretaron Madrugá Sevillana e  Y fue Azotado y para poner la guinda al pastel, una nueva composición de Cristóbal López Gándara Ante Caifás… El Hijo de Dios. Una marcha que ha levantado comentario de todo tipo pero a pesar de ello ha sido una de las marchas más ovacionadas.

El paso avanzaba con su andar fino y los gestos del público mostraban como disfrutaban con la bella estampa. La tarde ya se hizo dueña de la ciudad y con ella el paso llegó a la Cuesta del Rosario. Otro lugar de bastante acumulación de público, por lo que se interpretaron Alegoría de la Fe y Santísimo Cristo de las Tres Caídas.

Otros estrenos que se produjeron en la tarde noche del Domingo de Ramos fueron en la Revirá de Odreros, donde se estrenaba la composición de Rafael Vázquez, Madre Cigarreras. Y en la siguiente revirá, en la de Boteros, se interpretó la marcha de Francisco Javier Torres Simón Una palabra tuya. Una gran elección musical para una revirá soñada, una interpretación que dejó sin palabras a todos los presentes rompiendo en aplausos todos los allí presentes.

Pasada la Plaza Cristo de Burgos y entrando en la Calle Dormitorio se interpretó la Marcha Mirada de Dulce Nombre. Con la tarde dando paso a la noche, la sensación del público fue que tanto la cuadrilla de costaleros como la banda era un solo elemento y que estaban conjugados a la perfección. Algo grande se acercaba al recorrido de la Hermandad de la Cena y que estaba a punto de ocurrir. Y fue en la revirá hacia la Calle Santiago.

Las campanas tubulares estaban preparadas, el platillo también y comenzó a sonar el Ave María y tras esta la marcha de Pedro Manuel Pacheco En mis Recuerdos. Tras romper la marcha el paso comenzó a andar y la interpretación musical apenas podía escucharse debido al sonido ensordecedor de los aplausos.

En la revirá de Santa Catalina se volvieron a escuchar los sones de la composición musical Tus Lágrimas, que la dirección musical de la Banda de Las Cigarreras ha tenido a bien recuperar para un año tan señalado como este para la formación musical.

Para poner fin al magnífico día del Domingo de Ramos y como ya es un clásico en la entrada de la Sagrada Cena, la banda interpretó Costalero del Soberano junto con la Marcha Real y el Himno Eucarístico, dando ejemplo de que tanto la Hermandad como la Banda tienen cuadrada a la perfección la entrada. Las últimas notas del Cantemos al Amor de los Amores la Banda las interpretó dentro de la Iglesia de los Terceros. Poniendo de esta forma fin a otro domingo de ensueño más, a otro Domingo de Ramos.

Hágase la Eucaristía…

Foto: Daniel Rodríguez Díaz

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